A través del envío de actividades para hacer con los menores en casa

Las profesionales de la Red Municipal de Fonoaudiología -de la Secretaría de Salud Pública e Higiene de Berazategui- siguen implementando estrategias para poder acompañar a los chicos que estaban bajo tratamiento y que, debido al aislamiento obligatorio -para evitar la propagación del coronavirus-, no pueden recibir atención de forma presencial. A través de WhatsApp y/o mail, las fonoaudiólogas envían diferentes ejercicios, muy sencillos y accesibles, para que puedan desarrollarlos en familia.

La Coordinadora de este servicio que brinda el Municipio de manera gratuita, Carolina Diani, explicó en qué consiste el trabajo que realizan: “Nuestra Red funciona en 9 Centros de Atención Primaria de Salud (CAPS) y está abocada a favorecer el perfecto desarrollo del lenguaje en los niños y las niñas: la correcta articulación de los fonemas, la respiración nasal y la buena estructuración de las oraciones en el habla, favoreciendo la comunicación”.

Asimismo, agregó: “Durante la situación de pandemia, desde la Red de Fonoaudiología hemos diseñado estrategias para que las familias puedan implementar en el hogar y no discontinuar los tratamientos de los niños”.

En tanto, una de las fonoaudiólogas de la Red, Paula Gestoso, amplió: “No es fácil este trabajo remoto, es todo un desafío para nosotras. Pero es importante que sigamos manteniendo el contacto con los pacientes para que, de alguna manera, continúen estimulando el desarrollo lingüístico”.

Quienes quieran realizar consultas, pueden hacerlo al mail: reddefonoaudiologiaberazategui@gmail.com.

Consejos para estimular el lenguaje

Algunas de las recomendaciones que brindan son las siguientes:

– Acompañar las actividades diarias con palabras; es decir, los niños nacen sin saber cómo se llaman las cosas que los rodean, por eso necesitan que el adulto se las nombre. Ejemplo: si al niño se le da ropa para vestirse, en vez de decirle “ponete esto”, hay que hacer una descripción con todas las características de la ropa, como “ponete este buzo que tiene capucha y cierre”.

– Es importante generar participaciones activas durante las actividades cotidianas, de modo que el niño pueda anticipar y procesar cada actividad que se va a realizar.

– Siempre que los niños pregunten por el nombre de los objetos o por el significado de las palabras, responder correctamente.

– Brindarles información sobre palabras nuevas, por ejemplo: “Esto es una mesa, que sirve para poner cosas encima”.

– Hablar con los niños sin gritar, despacio, con frases comprensibles y directas.

– Hablar pronunciando adecuadamente las palabras, sin dejarlas a medias.

– Contarles cuentos e historias para estimular su vocabulario. Poner énfasis en describirles las imágenes que se ven en los libros.

– Escuchar con atención a los niños, darles tiempo para que se expresen, respetar su ritmo, mirarlos cuando hablan y no interrumpirlos. Estimularlos a que inicien el diálogo.

– Si el niño señala algo para pedirlo o lo pronuncia mal, pero el adulto entiende lo que quiere, hay que dárselo pronunciando correctamente la palabra y agregando una característica del objeto, sin decirle “así no” o “está mal”.

– Hacerles preguntas abiertas, que los estimulen a dar una contestación; en lugar de cerradas, en las que el chico solo tenga que contestar sí o no.

– Ofrecerle diferentes formas de lograr una misma cosa, estimulando de esta manera la flexibilidad a la hora de realizar una acción.

– Usar fotos e imágenes de lugares conocidos y contarles qué pasó ese día, qué hicieron, quiénes estaban, etc.

– Ayudarlos a organizar sus juegos y secuenciarlos. Esto implica interactuar con ellos durante el juego y ayudarlos a crear uno organizado y representativo de la realidad.

– Para que no evadan hacer las tareas, es muy importante -al principio- proponerles las más fáciles y siempre felicitarlos por sus logros. Luego, ir incrementando progresivamente la complejidad y los desafíos.