Durante la cuarentena

El aislamiento social, preventivo y obligatorio establecido a nivel nacional desde el 20 de marzo modificó por completo la vida de los argentinos, sobre todo de los niños y los adolescentes, que hasta dejaron de concurrir a sus establecimientos educativos. En este marco, la directora de Salud Mental de la Municipalidad de Berazategui y licenciada en Psicología, Julia Martin, brinda algunos consejos para ayudarlos a transitar esta etapa de la mejor manera posible.

“Con relación a los niños, estamos viendo cómo muchos padres están queriendo enseñarle a sus hijos en las casas; y esto, lógicamente, representa una complicación, porque resulta complicado sostener la función parental y a su vez la del docente”, señala la especialista y agrega: “En este punto, les sugerimos que se tranquilicen y dejen de lado ese imperativo de querer ‘educarlos ya’, porque ya habrá tiempo para la educación formal. Traten, eso sí, de seguir los consejos de las maestras y demás, pero siempre manteniendo la calma, conscientes de que este momento que vivimos es transitorio”.

Por otra parte, añade que “los niños aprenden de todas formas en sus experiencias cotidianas”; y, en relación al contexto particular que vive el país, indica que “es importante poner palabras a lo acontecido, porque ellos entienden la situación, solo que en ocasiones necesitan que les prestemos palabras”.

En cuanto a los adolescentes, la Directora de Salud Mental de Berazategui advierte que el tema es un poco más complicado. “Los jóvenes requieren de sus espacios de intimidad dentro de la misma casa y los padres deben estar muy atentos a que los tengan, además de tratar de equilibrar el respeto por esa intimidad con charlas con ellos. Por ejemplo, un tema propicio para conversar sería sobre este tiempo que nos toca actualmente atravesar”, recomienda.

En este sentido, Julia Martin, quien es especialista en Psicología Clínica con Niños, Adolescentes, Adultos y Gerontes, insiste: “Pero siempre dejándolos transitar su proceso adolescente, que tiene mucho que ver con la reserva de ciertas cosas frente a los adultos. Porque esta etapa del crecimiento se caracteriza precisamente por ese interjuego. Entonces, se trata de dejarlos hacer en la justa medida y, al mismo tiempo, no soltarles la mano, al igual que lo haríamos en otras situaciones”.